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EL COMPORTAMIENTO SEXUAL EN LA MOSCA DEL VINAGRE: EL GEN FRUITLESS

Te has imaginado alguna vez que el mecanismo sexual de algunos insectos como Drosophila melanogaster, guardarían cierta similitud con el de lo seres humanos?.


Para comprender esto, primero debemos conocer como se da el cortejo de D. melanogaster, el cual se presenta como una interacción en la que los machos persiguen a las hembras hasta que tiene lugar la cópula. Cada pareja contribuye a la tentación: El macho por un lado realiza una serie de acciones que implica orientarse y seguir a la hembra, tocarla con sus patas delanteras, cantarle por medio de la vibración de sus alas hasta lamer la genitalita a la hembra, después de todo este "ritual" recién se intenta la copula (¿se les hace familiar este proceso?). El comportamiento de la hembra, aunque en gran parte consiste en huir, no es del todo desalentador: Las hembras producen unos compuestos químico afrodisíacos (feromonas sexuales), que sumado a que ella no se ha apareado recientemente y está suficientemente estimulada por el cortejo del macho, reducirá la velocidad de vuelo y escape, entonces abrirá sus placas vaginales permitiendo la copula.


Al modificar este gen en D. melanogaster, un grupo de científicos estadounidenses ha descubierto que las hembras de la especie se comportan como machos, utilizando las mismas técnicas de cortejo. El hallazgo, susceptible de ser aplicable a la especie humana, demuestra que un único gen (fruitless), puede determinar cómo los machos y las hembras detectan y responden a las señales sexuales. Esa modificación genética permite obtener “un comportamiento masculino en un cuerpo de hembra”, según el responsable del experimento, el profesor Bruce Baker, de la Universidad de Stanford de California (EE.UU.).


Este estudio abre las posibilidad de encontrar un gen similar al fruitless en los seres humanos.



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